Mágica miseria: Cuba y la imposibilidad de un destino

A propósito de su último libro, conversamos con el periodista y narrador Juan Carlos Rivera Quintana. La historia de una Cuba atravesada por su propia sangre, los vínculos familiares y una certeza: existen deudas que pueden saldarse escribiendo.

Entrevista con el escritor y periodista Juan Carlos Rivera Quintana, quien lanzó su novela «Mágica miseria» con una radiografía sentimental de su Cuba natal, sus vínculos afectivos y todo lo que dejó atrás.

«Mágica miseria» se desarrolla en Cuba, entre la década del 30 y los 70. Es una crónica íntima de la isla, de estos últimos tiempos, a través del prisma de dos familias de distintas posiciones sociales. Es una novela de dieciséis capítulos que intenta ser una reconstrucción fragmentaria de la vida de Visitación Olay, una campesina pinareña, apodada Yaya, como si fuera una herida abierta, que es una mujer adelantada para su época y muy rebelde contra los códigos y estereotipos sociales, que se lanzó a La Habana porque no quería terminar sus días sembrando tabaco en las vegas de Vueltarriba y Vueltabajo de Pinar del Río. 

“El periodista, el escritor, más que hablar lo que hace es escribir”, el tono caribeño se entremezcla con algunas palabras porteñizadas en el hablar de Juan Carlos Rivera Quintana. Como tendiendo un puente entre ciudades, o realidades, el autor asegura que la necesidad de escribir, en su vida, es de primer orden.

En este caso, el libro se presenta como una biografía novelada. Plumazos de vida personal sobre un lienzo de magnetismo atractivo: Cuba, sus pulsiones y retazos de la existencia en la isla. Allí, donde el pasado se encuentra con la reflexión, el autor entrega una mirada profunda sobre los vínculos afectivos con un estilo propio que se sustenta en el oficio de narrar. Imagenes de peso e impresiones descriptivas van apareciendo como pistas ¿o nuevos enigmas? para comprender -o intentar hacerlo- el camino que traza Rivera Quintana para construir este mundo.

Periodista, narrador y poeta cubano, naturalizado argentino Juan Carlos reside en Buenos Aires hace 25 años. Es profesor de redacción periodística, un pedagogo que exhibe su técnica en distintas aulas universitarias y de educación superior en el epicentro porteño. Ha recibido, entre otros, el Premio de Periodismo Científico Fernando Ortiz (1992), en el Concurso Nacional de Periodismo 26 de julio, otorgado por la Unión de Periodistas de Cuba (Upec); el Premio Especial de la Academia de Ciencias de Cuba (1992) al mejor trabajo de corte científico; la Medalla Félix Elmuza (1996) que otorga la Upec por el destacado quehacer profesional; el Segundo Premio Latinoamericano de Periodismo de Salud, auspiciado por la OMS-OPS, la Iniciativa de Comunicación de Colombia y la Fundación del Nuevo Periodismo (FNPI), que supo dirigir Gabriel García Márquez. 

En el marco de la última Feria del Libro del Libro Internacional de Guadalajara aprovechamos la presentación de su libro junto con Silvia Miguens para conversar sobre su literatura, el panorama internacional y su historia familiar.

“Este libro es contradictorio, como lo son los seres humanos, como son ustedes y quien te habla. Con su título comienza la contradicción, ¿quién podría adjetivar como mágica una miseria? Que frivolidad dirían algunos. Pero para mí tiene un significado de mucho peso. Ese mantra salvador me lo introdujo mi madre, para disfrazar una realidad difícil, como si fuera una herida abierta, un puntazo dado en el dedo, era su tabla salvavidas. Para hacerla (a la realidad) más digerible a sus ojos y a nuestros estómagos”, explica el autor.

“En Cuba la palabra ‘miseria’ es una cotidianidad. Es desamparo. Yo abrí mis ojos al mundo con un padre que lo había perdido todo: sus casas, sus fincas, sus edificios de rentas y hasta su yate. Un padre que empezó trabajando como jardinero en una empresa de muebles para ganarse el sustento diario y por ende, luego, un progenitor amargado, resentido que dijo que nunca abandonaría el país donde nació. “Que se vayan ellos”, decía sobre los revolucionarios. Todo ese mundo antagónico fue el telón de fondo, el escenario, donde me crié y un poco el fondo de mi novela.” Cuando habla de su novela, habla con orgullo, escritor prolífico que presenta su primera ficción novelada. Ha publicado el poemario Alquimia de fantasmas (Editorial Culturales Hierbabuena, Argentina) y el ensayo historiográfico Carlomagno: el apóstol guerrero (Ediciones Nowtilus, España). Además, textos suyos han aparecido en las antologías Cuentos de La Habana Vieja (Editorial Olalla, España, 1997; Ediciones del Bronce, España, 1998, 2000), Prestamistas de valores (Olalla, 1997) y Perverso ojo cubano (Hierbabuena, 1997).

Al fondo de la absorbente narración, Juan Carlos deja traslucir la historia reciente de Cuba, por lo que su relato es un claro ejemplo de intrahistoria con una mirada crítica. También al fondo se vislumbra una nutrida literatura testimonial sobre las relaciones materno-paterno-filiales: “Como toda narración tiene ficción literaria, pero posee además el microcosmos y las eventualidades de mi madre, su mirada de la vida, sus felicidades y sus fracasos e incertidumbres. Siempre digo, cuando hablo de fracasos, el que esté libre de pecados que tire la primera piedra. Estuve escribiendo de manera intermitente después de la muerte de mi madre en 2003. Esa fue mi última visita a Cuba, también. Para escribir hay que tener tiempo y tiempo de concentración. Como no pude regresar a su velatorio tuve que hacer el duelo de esta manera: para arrancarme la orfandad del corazón en el que me sumió su ida. Esta novela fue un antídoto para la soledad pues escribiéndola volví a repasar las historias de mi madre y las derivas de mi padre.”

“Mis cenizas serán echadas en el Río de la Plata”, establece Juan Carlos de forma decidida, meditada. Como para darle un cierre a la charla y abrir un nuevo mundo, el de esta mágica miseria, con una vida en la isla fuera de los flashes, todos los recuerdos que un narrador pueda volcar en estas páginas y por otro lado, como aceptando la imposibilidad de un destino: “Hoy en tiempos de peste medieval, en una de las ferias literarias más prestigiosas del mundo, me encuentro haciéndole un modesto homenaje a ella, a mi madre. Cuando tuve el primer ejemplar de la novela en mis manos sentí que estaba saldando una deuda familiar, que había cerrado un capítulo.”

Comentarios

  1. CARLOS RIVERA QUINTANA JUAN

    Qué decir, agradezco profundamente esta nota sobre mi novela «Mágica miseria», editada recientemente, en octubre del pasado año, por la Editorial Culagos, del Centro Universitario de Los Lagos, en Jalisco, y presentada en la Feria del Libro de Guadalajara, en diciembre del 2020. Un abrazo grande a sus editores y peridistas y ojalá podamos decir también – como decimos con la Ciudad de Buenos Aires, donde vivo hace 25 años en un autoexilio – que Cuba sí, aunque sea alguna vez en la vida. Me han conmovido. Gracias Cruzalegui y equipo de prensa.

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  2. Elena

    Es una hermosa historia familiar revelada en una ficción mágica como lo refleja su título. Me encantó.

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