Entre ayer y mañana

El músico recordó su carrera en un flashback impecable: desde Los Gatos hasta sus experiencias solistas. Además, compartió una visión crítica sobre las actuales discográficas y su trabajo. Por Franco Ramírez

Entrevista a uno de los padre fundadores del rock nacional, desde su «ayer nomás» y el beat en Argentina hasta la música del año 2000. Pase y vea.

En un bar de Villa Urquiza, dónde una pareja comía desenfrenadamente y un hombre tomaba café seriamente, Litto Nebbia se sentaba a tomar una cerveza.Como uno más, como el vecino ocurrente del barrio. Porque esa es la humildad de un grande, poder haber tomado una cerveza junto a Spinetta o Billy Bond, y poder hacerlo también en un pequeño y humilde café de Villa Urquiza. Mientras tanto, un vecino se asomó y riendo le dijo: «Litto, vos sos un grande, tu voz va más allá que la de un telonero».

Recientemente se cumplieron 40 años de Melopea. ¿Qué sensaciones te dejó el disco?

En primer lugar me pone muy contento por la perduración que tiene la música, me parece muy lindo, y además me llevé sorpresas al tener que editar el material nuevamente. La mayoría de los discos son una o dos canciones que los hacen populares, pero el resto del material queda perdido a pesar de tener un resto hermoso. Yo mismo, cuando presento un disco toco una o dos canciones, y después el resto no las toco más en mi vida. El jueves 11 de diciembre hicimos un concierto celebrando los 40 años de Melopea, y sacando temas como «La ventana sin cárcel» o » Memento mori» ,los demás no los tocaba hacía 39 años y ni yo me acordaba.  Canciones muy complicadas, con muchos arreglos, que nos llevó tiempo ensayarlas junto a mi banda nueva «Aire Fresco».

«Muerte en la catedral» y «Melopea» son los dos discos más aceptados por la crítica y tienen sólo un año de diferencia. ¿A qué creés que se debe?

Sí, fue el momento en que yo armo un trío que fue un gran cambio para mí, ya que yo venía del cuarteto Los Gatos, y dejé de lado el rock por la música más fusionada. Junto con ese trío empezamos a usar más improvisaciones, ritmos irregulares, usábamos otro tipo de poesía, una mentalidad más abierta. Todos estos elementos le daban una característica nueva a lo que yo hacía. Lo raro es que yo seguía tocando en los lugares del rock, y eso habla bien de la mentalidad de la época, porque no todos querían escuchar el rock cuadrado. Esos discos han transcendido en el tiempo porque las canciones son muy respetadas y aceptadas por el público, además de que las grabé junto a otros músicos, o mismos me han hecho homenaje, y todo pone ágil el repertorio de la música para que pase de mano en mano.

No hay que olvidar que tu primer disco solista, junto a Almendra  y Manal, fueron una base para nuestro rock.

Claro, ocurría que para nosotros era algo nuevo y un experimento. El público también que nos seguía, veía en cada presentación nuestro cambio. Mi primer disco solista lo grabé cuando tenía 20 años, y se me ocurrió que se grabe con una orquesta e incorporé otros sonidos de la música brasileña y uruguaya. Eso ocurrió siempre en mí, nunca me meto a hacer la música exacta de lo que a mí me gusta, generalmente fusiono. Yo no tengo un disco mío homónimo, sino que incorporo algo de cada sonido que me gusta.

¿Y cómo tomaba el público tus cambios?

El público masivo siempre prefiere escuchar algo que conoce. A mí me parece que lo más hermoso que hay en el arte es hacer algo nuevo y mandarlo a la gente, para darle otro pensamiento del mismo. Yo no soy el tipo de artista que encajo en un género, yo trato de que la música crezca hacia la belleza. Me pude haber quedado con lo que hice a los 15 años, pero me gusta el riesgo y hacer cosas distintas, que produce división en el público.

Los Gatos se forman después de la ruptura de Los Gatos Salvajes. ¿Qué recuerdos tenés de tu primera banda?

Fue una experiencia piloto que duró un sólo disco que es hermoso, y es reconocido por todos como el primero en ser cantado en castellano, de canciones mías que tenía a los 14 años. Ese disco tiene cosas que son escuchables. Cuando se nos acabaron los lugares para tocar, gran parte del grupo se volvió a Rosario y sólo me quede con Ciro Fogliatta, con la idea de armar un grupo similar al anterior. Así fue como al año siguiente formamos Los Gatos,  junto a los demás integrantes que los conocimos de otros grupos de la época, ya que en esos años no había la cantidad de músicos que hay hoy en día. Todos te perseguían, te decían de todo, la policía te llevaba preso y la gente misma te gritaba de todo.

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La voz de los Gatos, circa 1967

Y en la segunda etapa del cuarteto se incorpora Pappo. ¿Cómo fue su incorporación?

Después de que se separó Kay, en una gira en Brasil donde conoció a una chica con la que se casó, y luego del matrimonio no quiso tocar más. Estando en Brasil nos llegó la oferta de grabar en Estados Unidos, pero me llega la noticia de que mi papá había fallecido, entonces no me pareció dejar sola a mi mamá cuando yo tampoco tenía ambición alguna por grabar en ese país, igualmente mis compañeros se fueron. Mientras me quedo en Argentina, grabo mi primer disco como solista, no porque haya estado peleado con mis compañeros, sino porque sentía la necesidad de hacer algo. Al año a RCA se le ocurre como negocio que grabemos dos discos más, y traen de regreso a los demás integrantes con instrumentos impensados para nosotros, entre ellos, a Pappo le compraron una Gibson. A Pappo lo conocí en un bar en Avenida Rivadavia, en uno para levantar minas. Pero además de eso se podía subir al escenario para improvisar, que junto a Spinetta y un par más, zapábamos siempre.

¿Aportó un sonido nuevo a la banda?

No, eso lo suele decir la gente que le tiene cariño, pero en realidad los sonidos se fueron incorporando solos. Con la llegada de Jimi Hendrix y Cream, se empezó a poner más énfasis en las improvisaciones y las distorsiones. Cuando los chicos vuelven de Estados Unidos, vuelven con esas influencias e inquietudes para incorporar a la banda, hacer algo más pesado. Fue algo que se fue incorporando cronológicamente, no porque nos sentábamos y decíamos «vamos a hacer esto» , pero tampoco era una influencia de uno nada más. Por ejemplo, a mí se me ocurrió que grabáramos un tema largo e improvisado

¿El tema Fuera de la Ley?

Claro, que empezamos a zapar sin importarnos la duración. Cuando vimos que quedaba lindo la incorporamos en el disco, además era algo que no se había hecho en toda la Argentina, y ya sabíamos que era un tema que no se pasaba algo en la radio. A pesar de eso, tuvimos una gran aceptación del público.

Hay un tema del grupo que se llama «Cuando llegue el año 2000», y ya los superaste. ¿Cómo ves estos años?

Sí..lo raro es que en otro tema que se llama «Música para los 80» , y en la última estrofa digo que en el año 2000 será todo distinto. Lo cantaba en un tono de esperanza, esperando el cambio en las leyes, pero la verdad que todo sigue igual.  La diferencia, es que el tema de Los Gatos, la escribí mucho antes, y pensar que llegaríamos a los años 2000 era algo impensado. Creo que me quedé corto (risas).

En el golpe del 76 tuviste que exiliarte. ¿Cómo fueron esos años?

Me tuve que ir en el 78. Primero fueron mis amigos que desaparecieron, y luego tengo problemas en lugares que me siguen, hasta que me prohíben. Un día voy a un programa de televisión, dónde uno de los productores me avisa que no puedo salir porque me declaran persona no grata sin decirme de dónde les había llegado esa orden. A los dos días en otro programa me pasaba lo mismo, no entendía por qué me declaraban no grato, ¿por llevar una ametralladora?, si yo caminaba desarmado. Por eso sucedió lo que sucedió, 30000 desaparecidos. Llegó el punto en que no aguanté más la presión, las amenazas, la persecución, y cuando termina el mundial, me voy, vendiendo el último piano que me quedaba para sacar un  pasaje para irme a México sin conocer a nadie. De ahí me empecé a reconstruir para seguir haciendo lo mío y se me pasaron tres años. Aprendí un montón de cosas, y me dieron fuerzas humanas para seguir adelante. Fue un gran aprendizaje humano.

Y vos que viviste tantas dictaduras. ¿Qué opinión tenés de los que dicen que hoy en día vivimos en una?

Que no tienen la menor idea. Estoy totalmente de acuerdo con que cada uno tenga su idea, pero que digan eso es no saber de lo que están hablando. Hay cosas que hizo este gobierno que en mi vida pensé que iba a ver, y que ninguna me favorece en lo personal. Como la política de derechos humanos, o las de inclusión. Pero la oposición no sabe qué decir, todo dicen que es una mierda, pero ¿qué harían?. Que hay cosas que hay que mejorar, las hay. Pero de ninguna manera hay que decir que esto es una dictadura. Es curioso ver que esas noticias salen de donde están perdiendo unos pesitos. Este país desde antes que nazca va para atrás, pero es la primera vez que veo que avanzamos. Con mi hija tenemos nuestras ideas, pero no somos militantes. Hay corrupción, pero esas cosas pasan en Europa, cómo España, o mismo Estados Unidos. El mundo está mal.

¿Cómo fue la experiencia de grabar con Los Reyes del Falsete?

Tengo mucha conexión con los jóvenes que les gusta el Mercy Beat, me llevo bien con gente que hace su música pero que les gusta el sonido de la segunda mitad de los 60. Además me da mucho placer juntarme con jóvenes, que tienen data de música de cuando ellos aún no habían nacido. Esto demuestra que el arte no tiene calendario ni almanaque, el buen arte traspasa en el tiempo. Pasa con los Beatles, con Bob Dylan, que han logrado una esencia de algo que pasa más allá de la generación.

Litto se reiventa constantemente, acá con Los Reyes del Falsete

Litto se reiventa constantemente, acá con Los Reyes del Falsete

¿El rock actual se está renovando?

El paso del futuro para la música de nuestro país es producir independiente, y sentarse a dialogar y pensar. Porque lo más difícil que hay en la música, no es sólo componer, es saber que firmás. Las discográficas agujerean a las bandas por todos lados, y hay un gran negocio detrás, que hace que los músicos vean muy poco dinero por lo que ellos hacen. No puede ser que haya bandas en Buenos Aires que prácticamente toquen gratis. Los dueños se tienen que dar cuenta de que si no los músicos no tocan, ellos no ganan plata. Si uno no tiene dinero para vivir dignamente, no va a poder estudiar la música como se la merece.

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