Pablo Queralt, en primera persona y a propóosito de su nuevo libro «Partes de la escena».
Creo en esa nebulosa que es la memoria o lo que uno cree que fue, fue en ese ir desde la incomodidad en el viaje en el colectivo volviendo de trabajar hacia la comodidad como diría Pasolini. Y pensaba o ideo-dramatizaba ese segundo o tercer poema o fragmento del libro en el que me indagaba qué es lo real viendo a esa gente como en una playa montevideana entre el viento y las nubes en ese desorden de ecos donde el director los ubica. Y luego se expande en secciones como partes, informes cuasi militares de quien milita por vivir en un cuerpo que transita este planeta una vida que lo haga feliz, no una felicidad transitoria del día del éxito o del reconocimiento sino de una felicidad duradera del que ama y no necesita más.
Aquí unos fragmentos de Partes de la escena
Sabemos lo que queremos nosotros? Aquí en la habitación que adoramos estar
cuando entra el colorado del atardecer o el amarillo del medio día
en toda esa luz nos bañamos pasando del living a la cocina tenemos las palabras
los libros este lenguaje que nos hace felices invisibilizados
en lo que hace nacer soñar tanto
en esa luz imaginación del sueño invencible como nuestra necesidad nuestro deseo
todas esas pequeñas extrañas vidas
que aquí vemos en nuestras vidas que miran
para otro lado.
Que no me pase lo que al niño que al subir
al manzano sepa bajar que sepa elegir mi grano feliz.
Esa mi alegría mi diccionario de bolsillo lo ínfimo.
Ahí colgué los cuadros más míos.
Pero la lancha pasó rápido haciendo del río
un picadero y nos perdimos en esas preguntas
y vagas respuestas que nos llevaban a nuestra
propia intimidad.
Alcé la linterna para que el tren pasara
y algo naciera y otra muriera.
Las cosas que me hicieron que sea yo en el mundo.
En el interior de mis dimensiones.
Descubrí el primer plano invisible.
Un camino hacia algún lado.
Ni sabemos cuáles son las leyes.
La del caballo muerto en la playa ya la vimos!
Él salía al balcón y lo veía, bajaba rápido
y lo observaba parecía un halcón o un aguilucho.
Levantamos la vista y era la visión
de otra vida. Depende donde uno haga foco
para obtener una realidad? Yo no sé más
de lo que oigo, lo que veo, lo que pienso
ese mosaico es el rayo de luz que entra
por mi ventana. Y a veces crece tanto
que yo no sé, no me puedo contener, me desborda
me parece que todo se ríe de mí.
