Treinta años de skate en Argentina

Una crónica desde la irrupción del skate como un juguete bravo hasta la apropiación del espacio público como punto de encuentro, pasando por la construcción de algunos parques y la decadencia de muchos otros.

Los primeros pasos en nuestro país

Para empezar a hablar de una historia del skate nacional, en principio tendríamos que situarnos a fines de los años setenta.

Durante esta época, debido sobre todo a la importación abierta, entraron al país en forma masiva estos “juguetes” llamados skate, o patinetas, como se acostumbraron a decirles las personas mayores.

Uno de los epicentros donde estos aparatos fueron usados en sus albores, fue por ejemplo el puente de la facultad de derecho de la Universidad de Buenos Aires. Diseñado en 1960 por el arquitecto César Janello como acceso a la Exposición del Sesquicentenario, fue demolido cuando se intentó construir «El Altar de la Patria» durante el gobierno de Isabel Perón en los años 70, y en 1978 se reconstruyó de forma definitiva desplazado hacia el sur cerca de 500 metros de su ubicación original.

Bueno, ése puente, la bajada del cementerio y luego la plaza Vicente López, junto con algunas pocas pistas, (half pipe de fibra de vidrio de Harrod’s, Pista de Gigante, hoy Carrefour de Vicente López y Skavos poco tiempo más tarde, no olvidar pistas de Mar del Plata).

El boom que estos artefactos generaron durante ésta primera oleada, fue tan grande que incluso en películas, se mostraba “algo” de skate. No olvidar la tabla con 14 trucks y 28 ruedas hecha por Leccesse, especialmente para Jorge Porcel en Custodio de señoras con Graciela Alfano, estrenada el 5 de abril de 1979 y donde se puede ver como “el gordo” abolla un Ford Falcon, al impactar con éste. La escena transcurre en dicho puente de la facultad de derecho.

Los devotos siguen fieles

Pues bien, mientras llegaban de afuera skates de marcas como Pro Class (marca canadiense de calidad semi profesional) o algunas mejores como Alva en mucha menor medida o Santana, el desarrollo de la actividad encontraba su cúspide, pero luego con el principio de los años ochenta y el cierre de la importación, cae el skate casi en el olvido.

Solo unos pocos fieles practicantes, devotos quizás sería una mejor definición. Siguieron andando sin importar cuan popular o “de moda” estuviera el skate.

 1984 y el bowl de Bancalari

Para el año 1982 la totalidad de las pistas en el país, estaban cerradas.

Fue en 1984, dentro del proyecto del Cinturón Ecológico, que en zona norte tuvo acogida en el Parque Bancalari, donde se construyó nuevamente y bajo la dirección del arquitecto Enrique Ezcurra una nueva pista de skate, el bowl de Bancalari (hoy prácticamente destruido).

Esta nueva pista era una copia de un skatepark norteamericano de los años setenta, cortada y rediseñada para los metros cuadrados estipulados en los planos finales.

El proyecto de los parques y la mentalidad ecológica, fueron una beneficiosa y vanguardista corriente para una Argentina que poco y nada sabía sobre skateboarding y menos aún sobre legislación sobre dicha materia.

Sin embargo, si hablamos de legislación, existía desde 1976 en Mar del Plata un prohibicionismo muy fuerte, donde una ordenanza prohibía andar en skate en las zonas aledañas a la costanera.

 Los 80 y el espacio público

En esta nueva década de los ochenta, el skate volvió a resurgir pero esta vez con un cariz mas agresivo, acompañado de una fuerza esta vez, mas cultural, con un respaldo de ciertos años, los primeros videos de los profesionales norteamericanos y sin ya ese halo de inocencia, vinchas de toalla y música de disco que tanto acarameló la década de 1970.

Este nuevo ciclo de los ochenta, donde el skate atacó directamente los espacios públicos (siempre han faltado pistas en Argentina) obedeciendo a una corriente mundial ya que en los estados unidos, tampoco habían pistas públicas casi ni privadas, debido a los accidentes y a la falta de seguros de cobertura. Otros factores que han producido este déficit fue también que éstas pistas han devenido obsoletas y muchas, mal construidas.

Conclusiones

Esta evolución ininterrumpida pero con mucos altibajos se viene dando desde hace mas de 25 años, lo que ha logrado consolidar a muchos skaters.

Para el día de hoy, con mas de 500.000 skaters en todo el territorio del país y con muchas pistas construidas (algunas en lugares inimaginables como Palpalá en Jujuy o El Chañar en Neuquén) el nivel de los skaters argentinos, se incrementó mas que considerablemente, logrando ubicar en la escena mundial a nuestro país.

Es por esto que el skate está, ya no es momento de “demostrar”, sino de seguir creciendo y apoyar desde nuestros lugares para que una “historia” grande, sea escrita.