El lenguaje secreto de la música

Laura Crespi, cantautora y poeta, presenta un proyecto que, desde composiciones originales y profundidad lírica a la hora de narrar, busca llegar al corazón de los más chicos. «Children’s Corner», Nietzsche, la maternidad y mucho más en esta charla de cara a su primer vivo en el Konex.

A días de su debut en vivo Laura Crespi nos presenta «Children’s Corner». Este proyecto que suma influencias del mundo y está dirigido a los más chicos tiene un recorrido profundo en su gestación musical y resultados a la vista: para eso, hablamos con la autora.

«El disco tiene una magia especial, y transmite algo hermoso. Y no fue algo que yo pudiera visualizar enseguida ni sola, sino también a medida que empezaba a compartirlo con músicos, poetas y con gente de todo tipo»,en 2014, Laura Crespi decidió editar su primer disco. «Claridad, claridad» salió a la (inevitable) luz con gran recepción de la crítica y hoy puede decir que tiene otro recién salido del estudio. Ahora, «Children’s Corner» se plantea como un proyecto de indie infantil dispuesto a contar algo «realmente hermoso», como define la misma Laura.

¿Cómo está conformado este nuevo proyecto?

El proyecto Children’s Corner se conforma en una primera instancia en lo que es la producción del disco en el estudio, en varios estudios en realidad, según el camino que la música y los deseos y las proyecciones nos fueron marcando. Participaron músicos muy talentosos que estuvieron desde el principio muy inspirados y entusiasmados con las letras de las canciones, cuya formación clásica además terminó dándole un vuelo hermoso a todo el concepto del disco. También tocaron amigos que fui haciendo en los últimos años, mientras empezaba a compartir mi música.

Las canciones, ¿son todas de tu autoría?

De entrada la idea era hacer algo grupal, por eso si bien son todas canciones mías, el disco no lleva mi nombre. Y así el camino de Children’s Corner culminó en un disco hermoso en su concepto y sonido, además del diseño visual de los chicos de Ey Studios, porque mucha gente queda impactada con la tipografía y los colores del disco físico, y así fue funcionando también el “todo entra por los ojos”.

Ante estas reacciones y recepción instántanea, ¿qué historias cuenta Children’s Corner?

Recibí muchos comentarios muy interesantes y muy bellos de personas que estaban realmente conmovidas con las canciones. Uno de los más interesantes para mí fue de un amigo de Facebook, a quien no conozco personalmente, músico y artista visual, que en el azar de mis envíos puso play y lo escuchó y entre otras cosas me dijo “es un disco que respeta a los niños”. Y me encantó, porque a veces a los chicos se les quiere vender cualquier cosa. Y aquí bueno, en primer lugar no se trata de vender nada, pero en todo caso sí de transmitir una relación con las palabras y los sonidos, donde las imágenes nos cuenten algo hermoso. Algo que siempre fluctúa entre la claridad y la oscuridad, un viaje al espacio infinito y un monstruo que nos da miedo, o una princesa hermosa que flota camino al lago y se enamora del agua y un gusanito que es rescatado por un marcianito amigo y se va del jardín donde vivía y donde todos lo molestaban. Siempre gana la claridad, pero bueno la oscuridad hay que transitarla. Claridad, claridad.

¿Qué busca transmitir Children’s Corner en vivo?

Children’s Corner se conforma en la instancia del vivo, que es totalmente otra proyección. Armar un espectáculo en vivo a este nivel fue algo totalmente nuevo para mí, que siempre toqué sola o en dúo amigo y, salvo una fecha en Niceto, siempre en lugares pequeños, presentaciones de libros, lecturas de poesía y demás. Y es una energía completamente distinta. Cuando conseguí la fecha en el Konex, después de simplemente enviar el disco por mail, me di cuenta de que el proyecto podía ser bastante especial en vivo. Y vi que ese fluido tan claro y hermoso que se generaba en la escucha del disco, podía representarse también, e incluso mejor, con el público más divino y puro que existe que son los niños. Entonces ahí empezó el vértigo de pensar cómo íbamos a armarlo. Así se sumó Nicolás Diab, quien hizo el arreglo de voces en la canción Un camello distraído, gran amigo y músico, performer, artista sonoro, etc, y su hermano Facundo, trapecista de profesión y pianista alocado, improvisado y genial. Conce Soares, hermosa percusionista bahiana y también amiga, y Mauro Conde, mi primer amigo en la música para niños, maestro del primer año del jardín de mi hija y compositor y músico en la banda de rock para chicos ya consagrada Koufequin. Este es el quinteto Children’s en este momento. La idea es que sea un proyecto en expansión y en movimiento continuo, donde puedan participar todos aquellos músicos que por alguna u otra razón se sientan atraídos e interesados en el proyecto.

¿Es la música, por naturaleza y templanza, una de las formas básicas de transmitir y enseñar?

No sé si es básica pero en la medida en que genera un movimiento es un vehículo hermoso para transmitir ideas y pensamientos.

Las inspiraciones

childrens corner

El 3 de julio esta formación se estará presentando por vez primera en la Ciudad Cultural Konex. Será un domingo lleno de risas y sonrisas. Con la premisa de disfrutar al máximo esta experiencia los músicos invitan desde las 16 hs. a compartir sus historias.

Children’s Corner se presenta como un taller-laboratorio de indie infantil, ¿creés que el género tiene recorrido en nuestro país?

Sí, claramente. Y tiene un gesto inicial hermoso y lleno de poesía, invención y magia en la obra de María Elena Walsh, quien también publicara poesía entre otros proyectos de música y palabras, y a quien todos escuchamos siendo niños en los 70 y aún seguimos haciéndolo con nuestros hijos. María Elena es una fuente que nunca se agota: muchas ideas, muchos sentidos, pura poesía. Pro Música de Rosario me parece otro pilar en nuestro país. Luego todo eso se abre en muchas direcciones y ahí entra todo el abanico actual de agrupaciones buenísimas interesadas en la canción infantil.

¿De dónde surgen las inspiraciones para crear esta propuesta?

De distintos lugares, que están hasta cierto punto conectados con el momento en que fui mamá. Ahí yo tuve la intensión de componer canciones infantiles, incluso antes, mientras proyectaba la posibilidad de tener un hijo. Me acuerdo que me preocupaba cómo iba a relacionarme con un bebé sin poder hablar. Entonces pensé, la onda es cantar. Aunque quizás aún antes, porque siempre estuve conectada al mundo infantil de alguna u otra manera, y siempre me interesaba la conexión con los chicos. Yo era de esas personas que iba a un lugar, una reunión y si había chicos, ahí iba yo a estar con ellos. Por eso cuando tuve 18, y mi papá me despertaba todas las mañanas para que saliera a buscar trabajo, después de haber pasado un verano en Londres terminando estudios de inglés, un día me compré el Herald y conseguí en un colegio para enseñar inglés. Y así estuve nueve años en la docencia primaria, que fueron muy bellos. Los niños son un mundo especial. También son pequeños demonios y te vuelven loco, esto puedo decirlo ya desde la perspectiva de la maternidad (risas). Pero en los años de docencia, y sin el trabajo y la responsabilidad implicados en ser padres, yo veía una pureza hermosa de la que tomé muchas cosas que me siguen inspirando y de las que sigo disfrutando relacionándome con mi hija. Los niños te dejan entrar y conectar con ellos en formas muy simples y muy puras, y es muy fácil encontrar mucha belleza en sus expresiones, en su espontaneidad.

Se presentan en el Konex este domingo, un escenario casi obligatorio para los más chicos en el mes de julio y sus vacaciones de invierno, ¿qué show tienen planeado?

Tenemos planeado un show hermoso de poesía, música y diseño visual para niños y niñas de todas las edades. Mi prima Laura Crespi y su compañero Ignacio Aliaga, se encargarán de los visuales y vamos a cantar todas las canciones del disco y a divertirnos mucho, que es lo que siempre hacemos cuando nos juntamos a ensayar y a compartir la música. Eso es la música en vivo para mí, el presente puro estallado en vibraciones divinas y en risas. Y con todos los chicos de espectadores va a ser genial.

Para una artista multifacética como vos, ¿cómo ves el arte en la infancia?

El niño realmente “es” el artista, es la pura invención y es el juego infinito. Esa es la instancia del niño en Nietzsche, y a donde cualquier persona debería llegar. Es la imagen de la pura creatividad, y así el filósofo artista y todas las personas en general, deberían todo el tiempo poder hacer eso, crear sentidos nuevos y nuevos comienzos en el arte que es vivir, un juego infinito donde todo el tiempo hay que inventar la onda digamos, y donde estamos todo el tiempo aprendiendo a relacionarnos y a vivir de una manera que nos parezca digna y que eventualmente quisiéramos volver a vivir en un eterno retorno de lo mismo. Para mí la pregunta por el arte se conecta con eso. Creo que el arte es una cuestión en torno al estilo de vida. Puede ser el arte de tener buenas ideas y no hacer nada con ellas, de pintar cuadros hermosos, de hacer pan casero, de curar personas, de cortar el pelo, de escribir poemas perfectos, de entregar la soda en el vecindario, entra todo, es decir todo a lo que se le pone una onda.

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¿Cómo se llega al arte desde chico?

Se llega solo, no hay mediaciones. Me parece malísimo por ejemplo los padres que quieren convertir a sus hijos en artistas o que señalan seriamente que van a serlo o que quieren que ellos sean “artistas”, como si se tratara de una “clase” especial de personas, un mundo que por otro lado a veces tiene una realidad muy pobre en un nivel espiritual, con lo cual no es una garantía de nada. Es decir, siguiendo esa línea nietzscheana, el arte para mí es esa capacidad de transformar la vida en algo que sea para nosotros algo digno de ser vivido y amado. Buenos momentos, buenas conexiones. Y que podamos cuidar y disfrutar de lo que construimos para ser felices. Está claro que no es una tarea fácil, pero si podemos conservar en nuestros children’s hearts ese envión, es decir conservar ese aspecto hermoso del ser niño con la capacidad de inventar y crear mundos, aún siendo adultos, bueno, quizás estaríamos salvados. Por eso siempre digo que Children’s Corner es un proyecto para niñas y niños de todas las edades, todos pueden entrar ahí.

Con un disco de este proyecto recién salido y otro como solista, ¿cómo se proyecta Laura Crespi en el futuro?

Se proyecta hacia el espacio y el tiempo infinitos, como dice el tema 3 del disco Espacio y tiempo: “Lanzada en mi nave espacial/quiero hundirme en el cielo y ver otros universos/otros espacios y tiempos” donde a veces todo es luminoso y hermoso y donde a veces aparecen los espacios vacíos y oscuros, que no nos queda otra opción más que explorar para aprender y revertir en claridad y así poder seguir viajando. Es decir, más música, más canciones, y todo eso se reduce básicamente para mí en escribir, que es la actividad que más me gusta y la que más disfruto hacer.

 

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